Viaje Solidario a Guatemala
Las expectativas del viaje solidario eran muy sencillas, conocer otras culturas, convivir en ellas y experimentarlas. Además quería aprender de toda la gente que me fuera encontrando por el camino y colaborar en todo aquello que pudiera ser útil en el proyecto de niños indígenas.
Los 25 dias que estuve en Guatemala, se me pasaron muy pronto, sin duda porque esa gente es maravillosa, en especial los niños, facilitándome en todo momento mi estancia, haciendo que la misma fuera sumamente agradable.
Me quedo con ese sentimiento de cariño y agradecimiento de los niños.
Cuando llegó el momento de la vuelta, tenía un doble sentimiento. Por un lado quería volver a ver a mi familia y reunirme con ellos, y por otro lado, tenía una especia de hormigueo en el estómago, porque el vínculo emocional que se había desarrollado con todos, y en particular con los niños, fue muy importante.
Las expectativas de las que hablaba antes, se cumplieron con creces, la experiencia fue altamente gratificante, y aprendí muchísimo de toda la gente con la que estuve, aunque de quien más aprendí fue de los niños, que me enseñaron algo muy importante, y es que en la vida se puede prescindir de la mayoría de las cosas que tenemos y que la felicidad no está en la tenencia de bienes materiales, la verdadera felicidad, la que perdura, la que se instala en nuestro ser para quedarse, está en lo que podríamos denominar bienes del alma o bienes del ser:
La tranquilidad, la paz interior, la energía, la salud, el cariño, la amistad, la convivencia, tener tiempo, no para no hacer nada, sino para llevar a cabo experiencias como ésta que he tenido el placer de realizar. Ahí está la verdadera felicidad, y eso me lo han enseñado ellos.
Pero no siendo suficiente con esto, resulta que yo que iba al proyecto con la idea de dar y colaborar, cual es mi sorpresa, que me vengo habiendo recibido mucho más de lo que yo haya podido dar, me traigo la maleta del corazón llena de regalos.
Esto no se olvida. Tal vez volvamos a vernos
Tengo que dar la enhorabuena a todo el equipo de trabajo de las ONG´s de Guatemala, Jesalyn, Ana, Merce, Sandra, por el trabajo tan importante que están llevando a cabo con esos niños, y darles las gracias en éste caso a todas por haberme regalado tantas cosas y por haberme hecho tan fácil mi experiencia.
Gracias también a Emilio voluntario que coincidió conmigo, por haberme ayudado en todo lo que pudo.
También doy las gracias a Voluntariados con Ongs y más concretamente a Maria Orihuela, que ha sido mi interlocutora, porque sin su colaboración y coordinación, no sería posible realizar ésta experiencia, y también porque constantemente está pendiente del voluntario-a, para que se sienta cómodo y seguro en todo momento, desde la salida, llegada al alojamiento, hasta la vuelta a casa.
Gracias a todos y todas.
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